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Fallo inédito: condenaron a 27 años de prisión a un asesino que era menor al momento del hecho

El Tribunal de Responsabilidad Penal Juvenil del Departamento Judicial San Isidro, condenó a C.D.F, a la pena de veintisiete años de Prisión, accesorias legales y costas del proceso, en orden a los delitos

de robo calificado por haber sido cometido mediante el uso de arma de fuego en concurso real con homicidio criminis causae en concurso real con tenencia de arma de fuego de guerra sin la debida autorización legal, hecho acaecido el día 10 de octubre de 2009, en la localidad y partido de Tigre, Provincia de Buenos Aires (artículos 45, 55, 80 inc. 7, 166 inc. 2 segundo párrafo y 189 bis inciso 2 segundo párrafo del Código Penal y 4º de la ley 22.278); y dispuso mantener a C.D.F en su actual situación de detención a disposición de ese Tribunal.

      El homicida de Santiago Urbani, fue condenado a27 años de cárcel en un fallo inédito de la Justicia Argentina porque al momento del hecho el delincuente, que hoy tiene 23 años, era menor de edad.

En 2010, el Tribunal de Responsabilidad Penal Juvenil 3 de San Isidro había encontrado responsable al imputado, autor confeso del crimen cometido en 2009, con la participación de un cómplice que también era menor de edad. Pero en ese juicio los magistrados habían diferido la imposición de una pena para cuando fueran mayores.

     La sentencia de condena resulta ejemplar e inaudita para la Justicia de Menores en la que las penas suelen ser atenuadas.

     La pena para el delito por el que fue condenado, es la prisión perpetua, pero la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia había declarado inconstitucional la pena máxima para un menor de 18 años, por lo que se sentó nueva jurisprudencia.

      Tras el fallo, el Tribunal Juvenil avaló la postura del fiscal de juicio, y fijó una pena numérica elevada por la gravedad del delito cometido.

     El crimen de Santiago Urbani ocurrió durante la madrugada del 10 de octubre de 2009, cuando cuatro delincuentes lo interceptaron mientras estacionaba su auto y lo obligaron a ingresar a su casa de la Av. Liniers al 1900, de Tigre, donde dormían su madre y su hermana.

 

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